He asistido a muchas platicas sobre el trend creciente desde mediados del 2017, design thinking, y he escuchado a tantos participantes salir de las platicas contentos de llevarse a casa una idea como: un Ubber, pero para carrozas funerarias" o una AirBnB pero para casas de hamster, que no puedo evitar que hay algo podrido en esta tendencia.
Por otro lado, las personas con más experiencia en design thinking siguen desarrollando ideas maravillosas, de una bella simplicidad y alto potencial, que quizá podamos ver en un futuro como base de grandes empresas, o como conceptos simples que cambien nuestra forma de vida.
Hoy creo que el error no esta en el design thinking en si, sino en la forma que adoptamos los latinos para enseñarlo.
Por citar un ejemplo, en la clase ELITE de emprendedores, impartida por fundación Telmex, una mujer se acercó a nuestro equipo de trabajo con una idea simple, pero potencialmente brillante: convertir sus sesiones de psicoterapia en charlas de café.
Ella tiene años llevando esta técnica a la practica como psicóloga, y piensa que podría llevarla a ser un framework de trabajo para otros psicoterapeutas (yo también lo pienso ahora) Indagando nos dimos cuenta de que no conocía la marca de café que a usado por años, sus galletas varían inconsistentemente y solo ofrece azúcar y no otros endulzantes como stevia y azucar morena ¿Porqué importa esto? Porque como yo y otros miembros del equipo sabíamos, a su publico objetivo le importan estos detalles.
En realidad, habíamos caído de nuevo en la trampa del Ubber para carrozas fúnebres: teníamos la idea de que la gran mayoría de los pacientes de terapia eran hipsters de la Condesa, basados en nuestras propias experiencias: años de recorrer esas colonias, y ver docenas de negocios que anunciaban sus servicios de psicologia.
Pero ella tenia la experiencia, nos hizo ver que los pacientes de los psicologos vienen de todos los estratos sociales. Desde luego, nuestra mente "entrenada" nos indicaba que el producto se debía enfocar en el publico más atractivo económicamente, pero estábamos pasando algo por alto: el objetivo de esta mujer no era hacerse multimillonaria, sino ayudar.
Nuestro prototipo final, después de mucho pensarlo, fue un libro sobre técnicas psicológicas modernas, que recogiera el uso de café para generar cercanía entre el paciente y su medico, con información sobre como elegir el tipo de café, cuanto pagar por el como máximo, (En la linea de "no más de un diez por ciento del costo de la consulta en grano y crema") y que tipo de antialergenicos hay que tener a la mano para no meterse en problemas.
Me siento orgulloso.
Por eso, en el espíritu de las polainas de entrenamiento (pesas que se colocan en el cuerpo mientras se entrena) quiero proponer lo siguiente: la próxima vez que asistas a un evento de disign thinking practico, proponte crear un producto que no sea una app, incluso si las reglas del evento lo permiten.
¡Específicamente lo pedí con WiFi! |
Por otro lado, las personas con más experiencia en design thinking siguen desarrollando ideas maravillosas, de una bella simplicidad y alto potencial, que quizá podamos ver en un futuro como base de grandes empresas, o como conceptos simples que cambien nuestra forma de vida.
Hoy creo que el error no esta en el design thinking en si, sino en la forma que adoptamos los latinos para enseñarlo.
Una terapia con dos de azúcar (morena, macrobiotica y vegana)
Por citar un ejemplo, en la clase ELITE de emprendedores, impartida por fundación Telmex, una mujer se acercó a nuestro equipo de trabajo con una idea simple, pero potencialmente brillante: convertir sus sesiones de psicoterapia en charlas de café.Ella tiene años llevando esta técnica a la practica como psicóloga, y piensa que podría llevarla a ser un framework de trabajo para otros psicoterapeutas (yo también lo pienso ahora) Indagando nos dimos cuenta de que no conocía la marca de café que a usado por años, sus galletas varían inconsistentemente y solo ofrece azúcar y no otros endulzantes como stevia y azucar morena ¿Porqué importa esto? Porque como yo y otros miembros del equipo sabíamos, a su publico objetivo le importan estos detalles.
Hoy creo que el error no esta en el design thinking en si, sino en la forma que adoptamos los latinos para enseñarlo.
En realidad, habíamos caído de nuevo en la trampa del Ubber para carrozas fúnebres: teníamos la idea de que la gran mayoría de los pacientes de terapia eran hipsters de la Condesa, basados en nuestras propias experiencias: años de recorrer esas colonias, y ver docenas de negocios que anunciaban sus servicios de psicologia.
Pero ella tenia la experiencia, nos hizo ver que los pacientes de los psicologos vienen de todos los estratos sociales. Desde luego, nuestra mente "entrenada" nos indicaba que el producto se debía enfocar en el publico más atractivo económicamente, pero estábamos pasando algo por alto: el objetivo de esta mujer no era hacerse multimillonaria, sino ayudar.
Nuestro prototipo final, después de mucho pensarlo, fue un libro sobre técnicas psicológicas modernas, que recogiera el uso de café para generar cercanía entre el paciente y su medico, con información sobre como elegir el tipo de café, cuanto pagar por el como máximo, (En la linea de "no más de un diez por ciento del costo de la consulta en grano y crema") y que tipo de antialergenicos hay que tener a la mano para no meterse en problemas.
Me siento orgulloso.
Apps de todos colores
Al presentar productos en estos grupos, la tendencia es clara: todos el mundo presenta una idea para una App, sin importar si tienen conocimientos de programación, o han trabajado anteriormente en la industria. Y ¿Saben qué? los Ubbers para gatos y AirBNB para parrilladas siguen apareciendo mucho.Por eso, en el espíritu de las polainas de entrenamiento (pesas que se colocan en el cuerpo mientras se entrena) quiero proponer lo siguiente: la próxima vez que asistas a un evento de disign thinking practico, proponte crear un producto que no sea una app, incluso si las reglas del evento lo permiten.